CLONACIÓN SEVILLANA
Hace exactamente 20 años, me recibieron en las oficinas de Planeta DeAgostini para invitarme a colaborar con ellos dibujando tiras de humor que se convertirían en Fan con Nata.
Hubo un momento en que, reunidos Jordi Solé (redactor en jefe), Pere Olivé (grafismo), Antonio Martín (Big Boss) y un diseñador externo, Sirvent, se pusieron a analizar mis dibujos y a discutir si mis influencias venían de Jan, Ivá, Mordillo o Forges.
No hubo consenso, pero, si hay que elegir uno, aunque todos influenciaron en mis narizones, me quedaría con Mordillo.
Años después, creo recordar que durante una sesión de firmas en la librería Nostromo, conocí a Adri Ortiz, el cual, con sumo respeto y con una gracia andaluza cyberpunk, me pidió permiso para clonar mis narizones y crear su propio cómic épico-decadente, Fanjanter.
Accedí encantado, no sólo por la gran simpatía que desprendía Adri y porque es una gozada conversar con él, sino porque su obra retenía aquel extraño carisma de los narizones primigenios, y así se ha conservado hasta la actualidad. Y hay mucha gente que me dice que cuando acude a los cómics de Adri, disfruta de un exquisito sabor a autopublicación que ya es muy difícil de encontrar. Fanjanter es como el Fanhunter de antes, el genuino.
Cuando colaboramos en Fanhunter: Battle for Montjuïc, fue Adri quien me influyó a mí, y fue él quien, en esa obra, superó con creces la versión original publicada en Kiusap Gothic. Me lo pasé en grande.
Cuando un lector tuyo reinventa tu obra y te hace regresar a un pasado donde todo era más gamberro y donde el proceso creativo era más espontáneo, rejuveneces 10 años.
No sé si soy el Mordillo de Adri, pero sí sé seguro que Adri es mi mejor cura contra el envejecimiento. 🙂
Cels Piñol